Carnaval pospandemia: regresa la fiesta más popular de Brasil

La Agencia Brasileña de Promoción Turística Internacional (Embratur) informó que todo está listo en Brasil para volver a encantar al mundo con sus tradicionales fiestas de carnaval. Del 17 al 25 de febrero próximos, el país de la samba mostrará su esplendor en música, cultura, colores y ritmos, que se suma a su rica oferta de turismo de aventura y ecoturismo.

Precisó que con la reanudación completa del turismo en Brasil y la conectividad aérea de niveles previos a la pandemia, se espera que miles de peruanos viajen para experimentar el carnaval, así como el caleidoscopio cultural, natural y gastronómico del país, además de su rica oferta de turismo de aventura y ecoturismo disponible en todo el territorio.

Carnavales regresan al Brasil después de los duros momentos vividos en la pandemia por la COVID-19.

Los brasileños comienzan a prepararse para el carnaval desde los primeros minutos del primer día del año. Mientras que para millones de personas en el mundo es el comienzo de un nuevo año, en Brasil es el inicio de la cuenta regresiva hacia la fiesta más animada del calendario. A diferencia de lo que sucede en otros países, el carnaval es una celebración nacional. Algunas de las ciudades más concurridas en estas fechas son:

Río de Janeiro: el carnaval más glamoroso del país se vive en Río de Janeiro, donde la movida comenzó gracias a las fiestas, comparsas y ensayos de las escuelas de samba, que se realizan a partir de enero.

Con 12 escuelas del grupo especial en competencia, el carnaval del sambódromo es un espectáculo transmitido a escala global, pero puede presenciarse en persona, ya sea como público o como participante de alguna de las escuelas en competencia.

Los desfiles son competitivos y las escuelas son evaluadas por la performance de sus bailarines principales (mestre sala y portabandeira), evolución del desfile, vestuario, ritmo y magnificencia. Para preparar tamaña producción, las agrupaciones convocan a los principales artistas, coreógrafos, escenógrafos y vestuaristas del país.

El lado B del carnaval carioca es el que se celebra en las calles, agrupado en comparsas, donde un carro de sonido -en algunos casos con músicos y cantantes muy renombrados- lidera el encuentro de multitudes que bailan, cantan y muestran sus disfraces.

Las comparsas (son más de 400 en toda la ciudad) tienen una programación pautada por las autoridades municipales y los hay desde 300 personas a decenas de miles, en distintos puntos de la capital. Algunas son especiales para niños, otras de estudiantes universitarios, otras de LGBT+, pero, en general, pacíficas y divertidas.

Eso sí, todos van disfrazados. Las concentraciones de comparsas arrancan a las 7:00 de la mañana (los horarios suelen estar publicados en redes sociales y medios de comunicación), buen horario para disfrutar en familia y con menos calor, pero otros empiezan más tarde y se extienden hasta primeras horas de la noche: el carnaval de calle es, esencialmente, diurno.

São Paulo: la fiesta ya comenzó, ya que la corte carnavalesca (el Rey Momo, la reina del carnaval y las princesas) está coronada desde enero, como también sucede en Río. El ambiente ya se prepara para que la mayor ciudad de América del Sur abra paso a las más de 800 comparsas que concentran por toda la ciudad, que por ley están registradas y autorizadas por la prefectura (gobierno municipal).

Además, está el desfile de lujo en el sambódromo de Anhembí, con 14 escuelas compitiendo por el premio mayor. Aunque no cuenta con las impresionantes playas urbanas de Río, la jungla de cemento de São Paulo ofrece multitud de opciones festivas para todos los gustos (y para quienes buscan sol y playa, el bello litoral paulista está a solo unas horas en auto).

Salvador: una de las ciudades más importantes del etnoturismo brasileño, Salvador posee una cultura y una gastronomía notables, formadas en gran parte por su rica herencia africana.

La capital de Bahía celebra uno de los carnavales más cotizados de Brasil. Estrellas pop de primeras líneas suelen ser parte del menú de espectáculos del circuito de una fiesta que tiene componentes de sincretismo cultural más que atractivos y originales. El barrio histórico del Pelourinho es el epicentro de ensayos y shows de precarnaval desde fines de enero.

Recife y Olinda: es, sin duda, el carnaval más animado del noreste. Ni samba, ni candomblé: el frevo es el ritmo que manda, animado por trompetas y trombones. El circuito Recife-Olinda (ciudad colonial a siete kilómetros de la capital del centro de Recife) constituye una de las fiestas más plurales e intensas de Brasil.

Aunque las festividades ya se celebran por varios puntos de ambas ciudades durante los fines de semana, la movida empieza formalmente la noche del primer sábado de carnaval con el desfile del Hombre de la Medianoche, un muñeco gigante que sale a pasear en hombros de la multitud por las pendientes de Olinda. El desfile de los muñecos gigantes, de hecho, es la peculiaridad del carnaval pernambucano y no se repite en ningún otro lugar del país.

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