Brecha crítica: millones de peruanos aún sin acceso digno a agua potable

En el Perú, más de 3.5 millones de personas siguen sin acceso a agua potable por red pública, una realidad que evidencia profundas brechas de saneamiento. Según el INEI y ENAPRES, cerca de 7.6 millones carecen de alcantarillado, mientras que en las zonas rurales apenas el 13% accede a redes que, además, no siempre garantizan continuidad. La desigualdad en servicios básicos continúa afectando a millones.

La falta de agua segura y saneamiento adecuado incrementa riesgos sanitarios, limita la continuidad escolar y frena el desarrollo económico de comunidades enteras. En la región, unos 15 millones aún practican la defecación al aire libre, según Water For People, exponiendo a familias a enfermedades graves. La carencia de agua limpia persiste como una de las principales causas de mortalidad infantil, especialmente en menores de cinco años.

Iniciativas como Baños Cambian Vidas, impulsada por Kimberly-Clark y sus marcas Suave en alianza con Water For People, buscan cerrar brechas urgentes. “En muchas comunidades, las mujeres siguen recorriendo largas distancias para conseguir agua para sus familias. Esta realidad nos recuerda que el acceso al agua y a un baño seguro sigue siendo una deuda urgente”, expresó Kenneth Hylton. “Reafirmamos nuestro compromiso con soluciones sostenibles basadas en educación, infraestructura y empoderamiento comunitario”, añadió.

Con más de una década de implementación, el programa integra educación en higiene, capacitación técnica, acompañamiento comunitario y seguimiento permanente para asegurar que cada comunidad pueda gestionar su propia infraestructura. Este enfoque busca garantizar continuidad, sostenibilidad y mejoras tangibles en las condiciones de vida, priorizando a las poblaciones más vulnerables.

Cerrar las brechas de agua y saneamiento es esencial para proteger la salud, impulsar el bienestar y fomentar el desarrollo local. Aunque persisten desafíos a nivel nacional y regional, los avances obtenidos demuestran que es posible implementar soluciones sostenibles cuando el sector privado, organizaciones sociales y comunidades trabajan juntas. Iniciativas como la de Kimberly-Clark evidencian que fortalecer infraestructura, educación y gestión comunitaria puede transformar vidas.

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