El tratamiento terminó, pero el amor, la fuerza y el acompañamiento continúan cada día
Recibir el alta médica tras vencer el cáncer infantil es un momento de inmensa emoción. Marca el cierre de una etapa difícil y el inicio de una nueva vida. Sin embargo, este nuevo comienzo va más allá del fin del tratamiento: es el inicio de una recuperación integral que involucra al cuerpo, la mente y las emociones del niño.
“El cáncer deja huellas. No solo en el cuerpo del niño, también en su rutina y en su forma de entender el mundo. Después del alta, comienza una nueva adaptación. El niño necesita reencontrarse con su vida, su colegio, sus juegos y su entorno”, señala Christian Ames, gerente general de la Asociación de Voluntarias por los Niños con Cáncer (Magia).
RECUPERACIÓN EMOCIONAL TRAS EL CÁNCER INFANTIL
Después del alta, muchos niños experimentan miedo a una recaída, inseguridad sobre su cuerpo o preocupación por cómo serán recibidos en su entorno. Por eso, el acompañamiento emocional y psicológico es tan importante como los controles médicos.
“Después del tratamiento, lo ideal es mantener una alimentación saludable, dormir bien, realizar actividad física suave y, sobre todo, cuidar mucho el mundo emocional del niño. No por miedo, sino por amor. Porque ese cuerpo ha sido valiente y esa sonrisa ha costado mucho recuperarla”, agrega Ames.
Estar presente es más importante que decir lo correcto. Abrazar sin preguntar, escuchar sin presionar, acompañar sin exigir. El niño no necesita que todo vuelva a ser como antes: necesita construir una nueva normalidad, rodeado de amor y comprensión.
REGRESAR AL COLEGIO: ENTRE LA ILUSIÓN Y LOS DESAFIOS
Volver al colegio es un paso clave en la reintegración social. Ver a sus amigos, compartir en el aula y jugar en los recreos puede ser muy emocionante, pero también implica enfrentar miradas curiosas, preguntas inesperadas o sentimientos de exclusión. Por eso, el papel de docentes y compañeros es fundamental.
Un entorno educativo empático y preparado puede hacer una gran diferencia en esta etapa. Es necesario hablar sobre el tema con naturalidad, fomentar el respeto y la inclusión, y, sobre todo, permitir que el niño vuelva a sentirse parte de su comunidad.
EL PAPEL VITAL DE LA FAMILIA EN ESTA NUEVA ETAPA
Los padres, madres, hermanos y cuidadores también han recorrido este camino. Han contenido el dolor, sostenido sonrisas y enfrentado el miedo en silencio. Para ellos, el alta médica es también un nuevo inicio. Por eso, también necesitan apoyo, espacios para compartir su experiencia y tiempo para sanar.
“Recibir el alta es cerrar una etapa difícil y abrir otra llena de posibilidades. Ya no se trata de volver a cómo eran las cosas antes, sino de comenzar una vida distinta, con más fuerza, más amor y nuevos sueños por cumplir”, concluye Ames.




