El dulce peligro de Halloween: exceso de golosinas aumenta el riesgo de diabetes infantil, advierte especialista del INSN Breña

A pocos días de celebrarse Halloween, muchos niños se preparan para recorrer las calles en busca de dulces. Sin embargo, esta divertida tradición puede convertirse en un riesgo para la salud si se consume azúcar en exceso. El endocrinólogo Oswaldo Núñez Almache, del Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN) Breña, alertó que la ingesta desmedida de golosinas favorece el desarrollo de diabetes tipo 2 y otras enfermedades metabólicas.

“El consumo de dulces debe ser moderado. Los niños no deberían ingerir más de uno o dos caramelos”, advirtió el especialista. Explicó que los azúcares de absorción rápida elevan los niveles de glucosa en la sangre, afectando tanto a menores como adultos. Durante octubre, las celebraciones religiosas y sociales incrementan el acceso a postres y turrones, por lo que insistió en educar a los niños sobre un consumo responsable.

Asimismo, Núñez enfatizó que no se trata de eliminar completamente los dulces, sino de enseñar a los pequeños a disfrutar con moderación. “Hay fechas especiales para disfrutar, pero convertir el consumo de azúcar en un hábito puede traer consecuencias graves. La clave está en el equilibrio y en la supervisión de los padres”, recalcó el endocrinólogo.

El especialista también alertó sobre la presencia de bebidas azucaradas como gaseosas, jugos industrializados y yogures en las loncheras escolares. Estos productos, señaló, pueden provocar sobrepeso y, con el tiempo, desencadenar diabetes en niños y adolescentes. “Algunas loncheras se convierten en una bomba de tiempo debido al exceso de azúcar que contienen”, precisó.

En cuanto a la enfermedad, Núñez explicó que la diabetes es un trastorno metabólico crónico caracterizado por altos niveles de glucosa en la sangre. Si este estado se mantiene de forma prolongada, se convierte en una condición permanente. Existen tres tipos principales: diabetes tipo 1, más frecuente en niños; tipo 2, común en adultos pero también en menores; y las diabetes monogénicas, causadas por mutaciones genéticas específicas.

Los síntomas más comunes incluyen sed excesiva, hambre constante, pérdida de peso, fatiga e irritabilidad. “Un niño con hiperglucemia puede mostrarse irritable, dormir demasiado, rendir menos en el colegio y orinar con frecuencia”, explicó el médico. Ante estos signos, se recomienda acudir de inmediato a un centro de salud para recibir diagnóstico y tratamiento oportuno.

Finalmente, el endocrinólogo subrayó que los niños con diabetes pueden llevar una vida normal si mantienen la enfermedad bajo control. “El tratamiento incluye insulina, control diario de glucosa, alimentación balanceada y actividad física regular”, dijo. “No se trata de prohibir, sino de enseñar a vivir con responsabilidad y cuidado”, concluyó.

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