El restaurante y centro de espectáculos María Pastor reafirma su compromiso con la cultura y la música nacional, ofreciendo una cartelera que reúne desde las leyendas del rock peruano hasta lo más auténtico del criollismo. Con dos sedes en Lima, se ha consolidado como un espacio donde el público disfruta de espectáculos de primer nivel, cargados de identidad y emoción. Su propuesta busca no solo entretener, sino también rescatar la esencia musical del país.
En su sede de Av. Cuba 1200, en Jesús María, María Pastor ofrecerá durante agosto y septiembre una agenda imperdible con bandas que marcaron época. El 29 de agosto se presentará la reconocida banda Amén, liderada por Marcelo Motta, un ícono del rock peruano desde los noventa. El 19 de septiembre será el turno de Río en acústico y Mar de Copas, quienes encenderán tanto la sede de Jesús María como la de Surquillo. Finalmente, el 26 de septiembre, Wicho García y Manolo Hidalgo brindarán un concierto cargado de nostalgia y grandes clásicos.




“Trabajamos para que cada espectáculo sea una experiencia única. Apostamos por lo mejor del talento nacional y ofrecemos un espacio donde la música se vive con calidad y emoción”, expresó Víctor Bazán Pastor, gerente general del centro cultural. Sus palabras refuerzan la visión de María Pastor como un lugar que integra generaciones y mantiene viva la pasión por los sonidos peruanos, dándole protagonismo a los artistas que forman parte de nuestra historia musical.
La sede de Av. Aviación 3898, en Surquillo, será escenario de una celebración histórica: el aniversario del Centro Social Musical Felipe Pinglo Alva, con más de 89 años de legado cultural ininterrumpido. Conocido como “El Templo del Criollismo y la Peruanidad”, este espacio rendirá homenaje al legado del Bardo Inmortal, Felipe Pinglo, considerado el padre de la canción criolla. La velada promete ser un encuentro cargado de tradición, identidad y sentimiento costeño.

De esta manera, María Pastor trasciende como algo más que un restaurante: es un punto de encuentro donde conviven la modernidad del rock con la tradición del criollismo. Sus escenarios celebran la diversidad musical del Perú, fortaleciendo la identidad cultural y ofreciendo espectáculos inolvidables. Con cada cartelera, este espacio reafirma su compromiso de ser un verdadero templo de la música nacional, proyectando arte y cultura hacia el futuro.