El seguro vehicular es más que una protección financiera: representa un acto de responsabilidad con uno mismo y con terceros. No obstante, en el Perú persisten creencias erróneas que generan desinformación y ponen en riesgo la seguridad vial. Entender cómo funciona esta herramienta es clave para evitar complicaciones en caso de accidente.
Walter Griebenow, gerente de Autos y SOAT de La Positiva Seguros, advierte que en el país todavía existe una brecha cultural en prevención frente a otras naciones de la región. “Muchos conductores creen estar protegidos ante cualquier eventualidad, cuando desconocen las limitaciones reales de su seguro”, afirmó el especialista.
Uno de los mitos más comunes es creer que “el seguro solo protege al vehículo”. En realidad, existen pólizas “a todo riesgo” que incluyen daños propios, robos, pérdida total o parcial, además de responsabilidad civil frente a terceros. Este punto es esencial si el conductor es responsable de un accidente y debe cubrir los daños ocasionados.
Otro error frecuente es pensar que “solo sirve en accidentes graves”. Los seguros también cubren choques menores, robo de accesorios o rotura de vidrios. Incluso, ofrecen servicios de asistencia en carretera como grúas, recarga de batería o apoyo en emergencias, lo que brinda tranquilidad a las familias y trabajadores que usan su vehículo a diario.
Asimismo, se mantiene la idea de que el SOAT es suficiente, cuando este solo cubre daños personales. Un seguro vehicular complementa esa protección al incluir cobertura sobre bienes materiales, daños a terceros y pérdidas económicas, ampliando la seguridad integral del conductor.
Finalmente, está el mito de que “asegurar un auto es muy caro”. Hoy existen planes accesibles y personalizados según el tipo de vehículo, el perfil del conductor y su uso. Además, muchas compañías ofrecen descuentos, promociones y facilidades de pago, demostrando que proteger un vehículo no tiene por qué afectar el presupuesto familiar.