El ojo seco es una de las enfermedades visuales más comunes en el mundo y afecta entre el 5% y 50% de la población, según la OMS y la Sociedad TFOS. Se trata de una condición multifactorial causada por alteraciones en la cantidad o calidad de la lágrima, generando ardor, enrojecimiento, visión borrosa e incluso lesiones en la córnea si no se atiende a tiempo.
Un sondeo realizado por Laboratorios Lansier en Lima Metropolitana evidenció el gran desconocimiento sobre esta enfermedad: solo el 13,9% sabía que el ojo seco es una patología, el 58,4% había escuchado algo y el 27,7% nunca lo había oído. La Dra. Marleni Mendoza, asesora científica de Lansier, advirtió que se trata de una “enfermedad silenciosa” que avanza sin que las personas sean conscientes de su impacto.
El estudio reveló que la mitad de los encuestados pasa más de 8 horas frente a pantallas, pero menos del 9% se realiza un chequeo visual anual. Entre los síntomas más frecuentes destacan la sensación de arenilla o cuerpo extraño (43,6%), el lagrimeo o enrojecimiento (36,6%) y el ardor o picazón (14,9%). Sin embargo, el 79,2% nunca ha recibido diagnóstico y casi el 12% jamás se ha sometido a un examen visual.
Frente a las molestias, la mayoría recurre a prácticas inadecuadas: el 42,6% se automedica con gotas, el 26,7% usa lágrimas artificiales y el 23,8% solo descansa la vista. Este comportamiento retrasa el diagnóstico y expone a los pacientes a un empeoramiento progresivo de la enfermedad.
La Dra. Mendoza alertó que el ojo seco no es una simple incomodidad, ya que en el 21,8% de los casos limita actividades diarias y en el 65,3% genera malestar constante. Recalcó que la solución pasa por educar, prevenir y acudir al oftalmólogo a tiempo, evitando la automedicación y priorizando la salud ocular como parte esencial de la calidad de vida.




