Apple reveló su nueva línea de iPhone 17, destacando el modelo ultradelgado iPhone 17 Air, durante su esperado evento anual. La compañía enfrenta el reto de mostrar que puede competir en la carrera de la inteligencia artificial (IA) generativa, mientras lidia con el impacto de los aranceles impuestos por la administración de Donald Trump y con la incertidumbre de los inversores.
El lanzamiento ocurre en un contexto complejo: las acciones de la empresa han caído más de un 3% desde enero, y la Casa Blanca presiona para reducir la dependencia de la manufactura china. Pese a ello, Apple busca reactivar el interés de los consumidores, quienes cada vez conservan más tiempo sus dispositivos antes de renovarlos, una tendencia que amenaza sus ventas globales.
El gran protagonista fue el iPhone 17 Air, que con apenas 5,6 mm de grosor se convierte en el más delgado de la marca. El dispositivo incluye el procesador A19 Pro, una batería que promete hasta 40 horas de video y un cambio clave: la eliminación de las tarjetas SIM físicas, dando paso a la tecnología eSIM. Tim Cook lo calificó como “una revolución total”.
La compañía aseguró que todos los nuevos modelos integran funciones de IA generativa, aunque sin anuncios disruptivos más allá de su plataforma Apple Intelligence, que aún no logra convencer. La decepción de los usuarios con Siri refleja las dificultades de Apple para competir con otras gigantes tecnológicas que han acelerado sus desarrollos en IA.
Los aranceles y costos de producción representan un desafío adicional. Según Cook, las políticas de Trump costaron a Apple más de 800 millones de dólares en un trimestre y podrían superar los 1.100 millones en el siguiente. Aun así, la firma decidió mantener el precio de los iPhone, sacrificando margen de ganancia para mantener competitividad en el mercado.
