El fútbol sudamericano está de luto. Miguel Ángel Russo, uno de los entrenadores más respetados del continente y símbolo de Boca Juniors, falleció este miércoles a los 69 años, tras una larga lucha contra el cáncer de próstata y vejiga. El estratega argentino, quien también dirigió a Alianza Lima en 2019, se encontraba con licencia médica desde finales de septiembre, bajo cuidados especiales en su domicilio.
Russo fue diagnosticado en 2017, cuando dirigía a Millonarios de Colombia, y pese a la enfermedad, continuó al mando del equipo, llevándolo al título del Torneo Finalización frente a Independiente Santa Fe. Un año más tarde, repetiría la hazaña en la Superliga de Argentina, demostrando una fortaleza admirable que lo convirtió en un ejemplo de lucha y profesionalismo.
Durante las últimas semanas, su estado de salud se había complicado. Fue hospitalizado en tres ocasiones por infecciones urinarias, aunque siempre mostró su deseo de regresar al campo. Su último partido al frente de Boca fue el empate 2-2 ante Central Córdoba, el pasado 21 de septiembre. Desde entonces, Claudio Úbeda, su asistente, tomó las riendas del equipo y le dedicó los recientes triunfos, al igual que Leandro Paredes, capitán del conjunto ‘xeneize’.
El paso de Russo por Boca Juniors fue trascendental. En su primera etapa, logró la Copa Libertadores 2007 frente al Gremio de Brasil, la última que conquistó el club hasta hoy. También disputó la final del Mundial de Clubes ante el Milán, dejando una huella imborrable en la historia del equipo. En su segundo ciclo (2020-2021), obtuvo la Superliga Argentina y la Copa de la Liga Profesional, además de alcanzar las semifinales de la Libertadores ante Santos.
Su tercer regreso a Boca estuvo marcado por la ilusión de liderar una nueva generación, pero la enfermedad terminó apartándolo del banquillo. A lo largo de su carrera, Russo dirigió a clubes emblemáticos como Racing Club, San Lorenzo, Vélez Sarsfield, Lanús, Estudiantes, Colón, Millonarios, Alianza Lima, Cerro Porteño, Universidad de Chile, Morelia y Al Nassr. Su sello táctico y humano lo convirtieron en una figura de respeto en todo el continente.
Como futbolista, fue un mediocampista defensivo fiel a un solo equipo: Estudiantes de La Plata, donde disputó 435 partidos y marcó 11 goles entre 1975 y 1989. También defendió la camiseta de la selección argentina en 17 encuentros. Su legado, tanto dentro como fuera del campo, queda grabado en la memoria de miles de hinchas que hoy lo despiden con admiración.
El mundo del fútbol lamenta la partida de Miguel Ángel Russo, un maestro del deporte, símbolo de trabajo silencioso y pasión infinita. Su ejemplo trasciende los títulos: representa la resiliencia, la humildad y el amor por el juego. Descanse en paz, Miguelo.
